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¿Y si no supiéramos leer y escribir?

En el pasado, el indice de analfabetismo era más alto. De hecho hubo una época en que era del 100%. Eso fue antes del gobierno actual, la culpa no es del presidente. Hablo de una época antes de que se inventara la escritura...

Thamus y el peligro de la escritura

En la ciudad egipcia de Náucratis, había una famosa deidad dorada, cuyo nombre era Thoth. El ave cuyo nombre es Ibis le tiene miedo, y es el inventor de muchas artes, tales como la aritmética, calculo, geometría, astronomía, las damas (el juego de tablero) y los dados. Pero su mayor invento fue el uso de las letras.

En esos días, el Thamus era rey de todo el reino de Egipto. Él vivía en la ciudad de Tebas. Y luego vino Thoth y le mostró su invento, deseando que los demás pudieran beneficiarse.

Thoth dijo "las letras harías a los egipcios más sabios y les darían mejores memorias, son útiles tanto para la memoria como para el intelecto".

Thamus respondió "Oh, astuto Thoth... El padre de un arte suele ser el mejor juez de su utilidad o inutilidad. En este caso, tu eres el padre de las letras. Pero por tu amor parental les has atribuido cualidades que no pueden tener. Este descubrimiento creará olvido en los aprendices, porque no usarán su memoria. Ellos confiarán en las letras y no recordarán ellos mismos. Lo que le das a tus discípulos no es verdad, sino pretensión de verdad. Ellos escucharan muchas cosas y no aprenderán ninguna, parecerán omniscientes y no sabrán nada".
-- Adaptado de Fedro, escrito por Platón.

Sin escritura, el conocimiento aun podría pasar de generación en generación. Para eso tenemos a la tradición oral. O si no, preguntemos al centésimo mono.

El centésimo mono

En 1952, en la isla de Kōjima (Japón), unos científicos estaban observando el comportamiento de los monos macacos de la región - Según cuenta Lyall Watson - estos científicos observaron que unos monos jóvenes aprendieron a lavar papas antes de comerlas, y gradualmente el nuevo comportamiento se difundió entre los monos jóvenes mediante imitación. Watson luego concluye que tras alcanzar una masa critica, "el centésimo mono", este comportamiento se difundió instantáneamente a monos en islas cercanas.

Kōjima fotografiado desde playa Ishinami (en Kyūshū), con uno de los monumentos al centésimo mono.

La investigación fue realizadas por el instituto de investigación de primates de la universidad de Tokyo entre 1947 y 1952, y se publico en la revista Primates, sin embargo, no contiene información suficiente para justificar la conclusión de Watson. Por el contrario, los monos jóvenes aprendieron y difundieron el comportamiento mediante el juego, y mientras los monos más viejos morían, la proporción de monos que lavaba las papas aumentó. Eventualmente los macacos que aprendieron a lavar las papas tendrían crías y le enseñarían también. En ningún momento hubo un incremento súbito o instantáneo. Además de esto es necesario notar que las papas no son nativas de la región, y los monos no tenían acceso a ellas si no se las daban los humanos. Y por ultimo, es posible que monos nadaran de una isla a otra (entre Kōjima y Torishima, las islas están separadas por medio kilómetro), o a Kyūshū que está aun más cerca.

Kōjima a la izquierda, y Torishima a la derecha.

Estos monos macacos lograron difundir conocimiento, y sin necesidad de escritura, ni de tradición oral (que quede claro que estos monos no hablan).

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