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La paradoja del movimiento

Zeno de Elea, según cuenta Aristóteles, decía que:

Lo que está en locomoción debe llegar a la mitad del camino antes de llegar a la meta.

Si, para llegar a la meta, primero debemos llegar a la mitad del camino...

Una vez lleguemos a la mitad del camino, debemos llegar a la mitad de la mitad del camino que falta

Y luego a la mitad de lo que falta, y así sucesivamente.

Esto significa que el movimiento necesita una cantidad infinita de pasos para llegar al final.

Primero debemos llegar a la mitad de la mitad del camino

Dividimos el proceso a la mitad y luego a la mitad de la mitad. Y así sucesivamente:

El resultado es que no hay primer paso. Y por tanto no podemos empezar a movernos.


Luego, el movimiento no solo requiere una cantidad infinita de pasos, sino que no hay un primer paso. Lo que sugiere que el movimiento es imposible. Sin embargo, las cosas se mueven. Esto constituye una paradoja.

Es necesario recordar que las paradojas solo existen en la mente. Las paradojas nos muestran que hay un defecto en la forma en que estamos pensando. Una vez tenemos una explicación con la que podemos entender todos los aspectos de la paradoja, la consideramos verídica. Pero la realidad no ha cambiado, lo que ha cambiado es nuestra forma de pensar. Cuando la teoría es inconsistente con la realidad, debemos adaptar la teoría.


Aristóteles nos da una explicación para las paradojas de Zeno en su libro de física. Según Aristóteles, no debemos considerar el movimiento como una serie de pasos. En su lugar, las cosas se mueven constantemente a una velocidad dada.

Es necesario notar que también es posible resolver las paradojas de Zeno invocando la idea de una distancia mínima en el universo. Ahora, antes de que conjuren una distancia mínima, recuerden que al llegar a la teoría cuántica - algún día llegaremos - nos encontramos con el principio de incertidumbre.

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